lunes, 12 de septiembre de 2011

“Podemos perder un año, pero ganaremos un futuro mejor”
“Luchamos por nuestro futuro y por el esfuerzo de nuestros padres”
“Lucho hoy por mí, y por el futuro de mis hijos y de mis nietos”


Estos son algunos de los miles de estandartes que enarbolan los estudiantes en Chile en sus trincheras y en sus marchas. Y son frases que lastiman al sistema, precisas, dichas sin dramatismo ni poses falsas. Y ellos creen lo que dicen, con la convicción que les da la razón, y por eso la gente, el pueblo, les cree y les manifiesta su respeto, porque con su lucha y su ejemplo han puesto en evidencia el contraste de su valentía con la indecencia de un sistema político y de políticos acomodados.

Los miles y miles de jóvenes movilizados han puesto en evidencia un sistema educacional que muestra los peores dolores de una sociedad manejada por el mercado, el que, como en todo y siempre, favorece sólo a los dueños del mercado.

Lo que la sociedad reclama es un cambio a todo lo actual. Ya no más que sean los mismos de siempre los que se reparten la torta ni que sean los mismos de siempre los que sufren el costo de este flagelo.

Lo que está en las voces de estos jóvenes es el rechazo a la continuidad de una constitución ilegítima, creada e implementada en plena dictadura. Eso lo saben los partidos políticos y los sostenedores del sistema. Y tiemblan por ello: si pierde uno, pierden todos. Por eso es que se ven tan activos ahora buscando acercamientos entre los jóvenes y el gobierno de Piñera, ofreciendo sus oficios al régimen para detener esta ola que sigue y sigue creciendo y que no pueden detener y que, finalmente, amenaza con arrollarlos a todos por igual.

También esta develación muestra que es necesario construir un país distinto, en que no impere solamente el afán del lucro regulado solamente por el mercado. Y lo más importante, y así ha quedado demostrado en estos meses de su lucha, que ya nada es inmodificable cuando miles y miles de manos y voluntades se juntan en las calles del país.

Podemos perder un año repiten los estudiantes a quienes los increpan por la ya larga jornada de protesta y paro. Y en su respuesta dejan al desnudo la suciedad de un sistema impuesto en dictadura hace ya más de treinta años, y por contraste, estos jóvenes muestran la grandiosidad y generosidad de quienes están dispuestos a cualquier sacrificio para ganar una vida digna, y no sólo para ellos, ni para ahora.
Los miles que desfilen en las calles a todo lo largo del País nos están mostrando un nuevo horizonte, una nueva forma de ejercer la democracia. Este nuevo tiempo histórico y político hace evidente la necesidad de restituir la soberanía al pueblo de Chile. La hora actual no reclama más militancia que la decencia y una pizca de patriotismo.

Y son ellos los que hacen carne las palabras del Presidente Allende, los que están abriendo las grandes alamedas, con sus cantos y tambores; con sus trajes y sus máscaras; con su música y su baile; con su alegría y su esperanza… también con sus piedras.

Y los otros, los espectadores, nos preguntamos dónde están los otrora aguerridos luchadores sociales, aquellos que pregonaban con tanto ahínco el fin del sistema económico y político heredado de la dictadura, y que a poco andar en esta llamada democracia se convirtieron en simples corifeos del rey, y se hicieron parte del sistema y sus jugosos beneficios particulares. Hoy sólo quedan las cínicas declaraciones de Ricardo Lagos, las declaraciones oportunistas de Eduardo Freí y el silencio cómplice de Michell Bachelet.

¡Qué vivan los estudiantes que resisten la toma de escuelas, liceos y universidades!
¡Qué vivan los estudiantes que soportan el frío invierno mojados y apaleados por pacos cobardes!
¡Qué vivan los estudiantes con su alegría y sus cantos!
¡Qué vivan los estudiantes que fueron a dar a una celda con el orgullo pleno y la certeza de luchar por la dignidad de él y sus compañeros!
¡Qué vivan los estudiantes de la lucha callejera, con máscara y sin ella!
¡Qué vivan todos los estudiantes de mi País!

Que vivan todos, porque esta generación de jóvenes está mostrando al futuro que tenemos esperanza de un País mejor.

Elkabezanegra.